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¿Qué es ser emocionalmente maduro?
La madurez emocional es la capacidad que tiene una persona para afrontar los diferentes acontecimientos de nuestra vida de manera equilibrada. Asimismo, tiene las herramientas necesarias para gestionar las situaciones que le toca vivir a lo largo de la vida.
¿Qué es la madurez mental en una persona?
La madurez mental es señal de inteligencia. Una persona madura será, entonces, aquella capaz de aceptar críticas por ejemplo y de controlar su manera de actuar. Es alguien que evita arrebatos y malos tratos, que controla su temperamento y saber actuar como corresponde.
¿Cómo saber si soy una persona madura o no?
Según algunos autores como Gordon Allport, la madurez se expresa en el conocimiento de uno mismo y las relaciones afectuosas con los demás. Maslow, por otro lado, añade a esta definición lo siguiente: “una persona madura se acepta a sí misma, a los demás y al mundo, además de ser autónoma y tener sentido del humor”.
¿Qué es la madurez emocional?
Qué es la madurez emocional La madurez emocional muestra la evolución vital de un ser humano que a lo largo de la vida ha experimentado un recorrido interior definido por un crecimiento como persona. Gracias a este crecimiento, la persona tiene nuevas herramientas para gestionar las situaciones.
¿Qué significa ser una persona emocionalmente madura?
Madurar emocionalmente significa evolucionar y ser autónomo a nivel personal sin que ello signifique alejarse del mundo. Al contrario, la persona madura tiene la capacidad para autorregularse y adaptarse al entorno de manera saludable. ¿Cuáles son las características de una persona emocionalmente madura?
¿Cómo reforzar tu madurez emocional?
Existen muchos factores externos que trascienden a tu voluntad, sin embargo, para reforzar tu madurez emocional puedes comenzar a vivir poniendo una mayor atención a todo aquello que sí cae bajo tu campo de influencia a nivel de decisión.
¿Cuáles son las características de las personas emocionalmente maduras?
Las personas emocionalmente maduras son capaces de no obsesionarse con miedos infundados acerca de lo que puede ocurrir a largo plazo, porque aprenden a no sobredimensionar el coste de oportunidad (aquello que supuestamente nos estamos perdiendo por hacer lo que estamos haciendo).